Corría el año 2002, el mismo en que Venezuela sufrió un acontecimiento
político clave: un fallido golpe de estado contra Hugo Chávez Frías. Clave para
el tema que nos ocupa, la TV, porque el polémico presidente tras ese golpe,
arreció la arremetida que ya había asomado contra los canales privados de TV
abierta venezolana, pues los acusó de ser partipantes del golpe contra su
gobierno. Lo que siguió fue una escalada de medidas que acabarían poco a poco
con la producción de TV en Venezuela, tal y como la conocíamos.
Yo ese año comencé a trabajar en RCTV. Y apenas a 2 meses de mi entrada se
estrenó en su pantalla Juana La Virgen.
La telenovela fue un éxito total en el país. Tenía un excelente nivel de
producción, una banda sonora extraordinaria, el toque justo de comedia, al
galán del momento, a la actriz joven que todos los de mi generación habíamos
visto crecer en pantalla desde su tiempo de protagonización infantil (algo así
como nuestra propia Miley Cirus pero sin cantar), y muy importante, tocaba un
tema que sensibilizaba a la mujer venezolana porque le es muy familiar y
cercano: ser madre adolescente y madre soltera. Que la prota fuera virgen en
principio era lo de menos a pesar del nombre de la historia, aunque fue lo que
nos mantuvo cautivos a muchos televidentes hasta que por fin, Juana, en una escena que debe haber marcado hito, quizás la más
atípica de la historia de la telenovela, hace por primera vez el amor con
Mauricio, estando embarazada de él ¡en el capítulo 133!. A eso le llamo
yo romper esquemas.
Yo amé la telenovela, seguí cada episodio, y recuerdo que cada mañana
llegaba a comentar con mis compañeras de trabajo el capítulo del día anterior.
Fue la penúltima telenovela venezolana que me atrapó (la última fue
"Voltea pa' que te enamores" también protagonizada por Daniela
Alvarado y producida por Venevisión). Siempre creí que era un excelente producto.
La historia me encantaba y ya en áquel momento consideré que era uno de los
mejores castings de la época que tuvo RCTV. Después de Juana y de Trapos
Íntimos, considero que este fue uno de los aspectos que comenzó a desmejorar
mucho en las telenovelas de la planta. Y claro, luego vino la Ley Resorte y la
censura se convirtió en factor decisivo.
Celebro que esa biblia sea hoy una de las historias más
exitosas entre el público latino de los Estados Unidos. Jane The Virgin acaba de recibir una nominación como mejor serie de comedia
a los Globos de Oro 2015 y su protagonista está nominada como mejor actriz de comedia. Lo cual, muy
probablemente signifique, que el formato va a venderse a más países del mundo
para sus respectivas versiones locales, como sucedió con Betty La Fea. Aunque
hay algunas diferencias con respecto a la historia original, como que esta Juana,
no tan inocente ni tan jovencita como la anterior, tiene un novio al iniciar la
historia. Imagino que en la adaptación tuvieron que tomar en cuenta las leyes
de USA, en donde es condenable moral y legalmente que un hombre adulto
tenga relación de pareja con una adolescente. Sin embargo, sigue siendo una
demostración más de que las buenas historias rompen fronteras y del peso que
hoy tienen las historias para el público latino en los Estados Unidos.
Esta Juana habla inglés, aunque su abuela le hable en español, tuvo su fiesta de "quinceaniera" y come arepas de pollo picante de su abuela, lo que me confundió acerca del origen de ésta.
Es una comedia y no un drama contemporáneo como la original, de hecho, para mí es una burla clara la telenovela latinoamericana, al punto en que Jane tiene un padre al que no conoce pero que resulta ser un acartonado y millonario galán de telenovela mexicana (Jaime Camil). Y aún así termina siendo más compleja y enculebrada que María la del Barrio, lo cual es divertido.
Hay una villana que siendo rusa se hace pasar por latina (pues sí), el mejor amigo del prota está vinculado con el narcotráfico (cliché), su hermana lesbiana tiene un affair con la esposa bisexual del padre de ambos, y eso sin contar con que Jane y el galán tuvieron una cita y se besaron hace unos años. El galán, la verdad, al menos en los primeros episodios, no es muy convincente que se diga.
En fin, si les gustó Ugly Betty les puede divertir pues es el mismo estilo. Yo me quedo con la versión original pero entiendo perfectamente por qué la serie ha resultado refrescante y divertida para un público que ha estado consumiendo muchas historias oscuras en los últimos años. La actuación de Gina Rodríguez es lo mejor de toda la serie.
Guionistas, productores y otros profesionales de la industria deben echarle un ojo para entender el abanico de posibilidades que permite la adaptación de contenidos y el potencial creativo que hay en Latinoamérica, donde hasta las vírgenes pueden quedar embarazadas, lograr el sueño americano, y quién sabe, si ganar un Globo de Oro.
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