miércoles, 10 de agosto de 2016

Lo bonito de Stranger Things



La verdad es que si vives en Venezuela, eso de ver una serie que empieza con un apagón y un niñito que desaparece, secuestrado quizás (no es spoiler, eso está en la sinopsis) no se parece mucho al entretenimiento, pero una serie que ha dado tanto de qué hablar en tan poquito tiempo de haberse estrenado, había que verla. Sólo hace un par de días, por lo menos 6 de mis contactos en Facebook postearon algo sobre ella.

Porque ojo, aunque a veces de la impresión contraria, no todo lo que estrena Netflix resulta tan viral así, hay un montón de series de producción original que por más que la plataforma ha mercadeado no han logrado ese "buzz", no han 'pegado' tan masivamente, pues. Cito el caso de Bloodline, por ejemplo, de Love y hasta de Grace & Frankie, aunque todas evidentemente con públicos muy distintos. 

Contrario a lo que me sucede usualmente, cuando logro enganchar con una serie a partir del segundo o tercer episodio, este piloto me atrapó de una. Mi experiencia inicial y asumo que la de muchos nacidos en los 80s es que está hecha para nuestra generación pero que se puede relacionar con las generaciones posteriores por una cantidad de referencias estéticas y culturales que aún hoy tienen vigencia, en un momento en el que lo retro es tendencia. Netflix, en una movida brillante de mercadeo, le ha picado adelante al prometedor estreno de la tercera temporada de Twin Peaks, 27 años después de haber sido la serie que paralizó a la audiencia de TV abierta en Estados Unidos y Latinoamérica y se convirtió en serie de culto. Y creo que le ha dado resultado por varias razones:

1. Referencias con las que mi generación puede conectarse: una pandillita de tweens (preadolescentes) medio nerds pero muy empáticos con la audiencia. En los años 80s las pandillitas eran muy populares, decenas de series y películas eran protagonizadas por pequeñas pandillas que jugaban en un sótano o en una casa en el árbol. Esa de hecho, era la fantasía de muchos preadolescentes, tener un espacio sólo de ellos, un 'club' en el que poder hacer travesuras sin la irrupción del ojo vigilante de los adultos. ST nos recuerda tantas series y películas al mismo tiempo: ET, Los Goonies, Punky Brewster (hubo un episodio de misterio), la Pequeña Maravilla (una niña robot); en los 80s los tweens eran los grandes protagonistas. Por alguna razón era la época en que ser aún inocente pero no tanto era cool.

2. Niños y adultos que son víctimas de un misterio cuyo origen ni siquiera podemos deducir (¿crimen? ¿fenómeno sobrenatural? ¿ciencia ficción? ¡Aún no sabemos¡ (y puede que no lo sepamos hasta el final de la serie)
3. ST ¡hasta nos recuerda a LOST! Sin duda, el hecho de que la serie 'invite' a la audiencia a sacar conclusiones, a desentrañar el misterio y 'hablar' del caso en redes sociales, de boca a boca, en los medios, como sea, conlleva dos sinónimos de éxito por estos tiempos: el ansiado engagement  y la segunda pantalla como parte importante del fenómeno.

4. Nostalgia por el lifestyle que no volverá (o sí pero sólo en la ropa y los peinados): walkie talkies, teléfonos fijos de disco como única forma de comunicación 'inmediata', que las posesiones más preciadas fueran los comic books, la bicicleta y las barajitas, niños cuyas travesuras consistían en explorar, ocultar amigos en su garage en vez de estar metidos en internet... Una nostalgia muy bien estimulada por la impecable realización de esta serie.

5. Winona Ryder, la sweetheart de finales de los 80s como protagonista en un regreso muy esperado y con una actuación de altura como la mamá perturbada. Todo un acierto que la actriz haya regresado con este papel tan empático después de su escandaloso alejamiento del star system hace unos años. 


6. Además, obviamente, está otra larga lista de referencias generacionales, sobre las que les invito a leer en este fascinante post 

¡Enjoy!!! 

domingo, 17 de julio de 2016

3 series para aprender sobre negocios, emprendimiento y marca personal

Si hay un tema omnipresente hoy es el del éxito profesional y personal, ambos, juntos, como un todo, porque para muchos el camino al éxito es la construcción de lo que llaman una "marca personal", ligada profundamente al emprendimiento. Todos quieren conocer las "claves del éxito" en los negocios. Y aunque las series de TV están hechas para entretenernos, hay algunas que además de lograrlo holgadamente, abrigan perlas de aprendizaje sobre estos temas. Aquí mis descubrimientos: 

1. Silicon Valley   
Si el concepto de "startup" no te resulta demasiado familiar, entonces debes ver esta serie. Pero si es una palabra con la que lidias a diario, ¡aún más! Silicon Valley, que es también el nombre del valle en donde se alojan las compañías de tecnología más importantes del mundo (como Google y Apple), reseña en clave de humor los retos de un grupo de emprendedores jóvenes en el mundo de la tecnología con una aplicación que podría ser de gran valor para el mundo del big data (otro término cuyo significado aprenderás viendo la serie).  Desde el registro del nombre del producto hasta la competencia -no siempre leal- entre grandes empresas y la vida de los multimillonarios estadounidenses, Silicon Valley es mandatoria para cualquier entrepreneur. 
Tiene 3 temporadas, todas disponibles en HBO Go. 

2. Younger 
Sin duda, una serie hecha para mujeres, y no podía ser distinta siendo de los mismos creadores de Sex and the City. Trata de la reincorporación al mundo laboral de una mujer de 40 años que ha pasado los últimos 15 atendiendo a su -ahora ex- esposo y a su hija. Cuando Liza es contratada en un empresa editorial como asistente -haciéndose pasar por una joven de 26- debe enfrentarse a la forma en cómo ha cambiado el mundo del mercadeo y los contrastes entre los profesionales de su edad real y los llamados "milennials", que acaban siendo jefes de sus propias empresas a muy temprana edad, pero ¿sobreviven? Plantea entre otras cosas, que en el mundo de los contenidos hay un mercado para todo. La lucha de Liza por aprender sobre social media es recurrente e hilarante. 
Tiene 2 temporadas y es transmitida por TV Land en USA y Lifetime en Latinoamérica. 


3. El Negocio 
De seguro la mayoría de los hombres que vean esta serie no serán capaces de decir que trata de algo más que de sexo, pero de hecho, El Negocio es una serie sobre marketing aplicado a la profesión más antigua, la prostitución. En la primera temporada, Karin, una prostituta súper codiciada de la vibrante Sao Paulo, se libera del esquema tradicional de la prostituta que se subordina a su proxeneta y crea "Océano Azul" un emprendimiento cuyo nombre se basa en un concepto acuñado por un catedrático de la segunda escuela de negocios más importante del mundo y que se refiere a la explotación de un espacio de negocios 'virgen'. Cada episodio está basado en una ley de mercado y su aplicación práctica. Se habla de empoderamiento femenino y de prejuicios hacia la figura de la mujer en el mundo empresarial, que no son ajenos al resto de las profesiones. Una de las series más inteligentes y seductoras que he visto. 
Va por su 3era temporada y está disponible en HBO Go. 

¡Enjoy!

Si quieres disfrutar más contenido sobre las series que me gustan y el mundo de la TV, sígueme en Instagram y Twitter como @tevefilia y coméntame abajo si te han gustado estas series. 



miércoles, 30 de marzo de 2016

Friends: ¿el show más popular de la TV?

Leí este artículo maravilloso en Vulture.com y decidí hacer un resumen en pocos párrafos porque es mucho y muy significativo lo que dice de nuestra generación (la de los 30 y algo), la generación actual y la fascinación por la TV y las nuevas formas de ver viejos contenidos (no tan 'viejos', aparentemente). Es algo así como un debate Millenials Vs. Generación X en torno a uno de los programas más populares de las últimas dos décadas.  

Sí, al parecer millones de veinteañeros en el mundo quieren ver en streaming un sitcom de hace veinte años, sobre un grupo de entonces veinteañeros reunidos en un café. Eso ha llevado a los críticos y a la industria a preguntarse si es aún el show más popular de la TV y por qué, dadas un montón de contradicciones y diferencias sustanciales con lo que hoy es la vida de los jóvenes en sus veintes. 




Sólo en los Estados Unidos y en la TV tradicional, la audiencia de Friends ha alcanzado 16 millones de personas, suficiente como para considerarla un hit de la TV actual, lo cual es casi sin precedentes para un show que fue producido y transmitido por primera vez entre 1994 y 2004. 

Cuando en 2015, The Hollywood Reporter hizo una encuesta entre 2.800 entendidos de la industria de la TV para que eligieran su show favorito de todos los tiempos, Friends resultó el número 1, mientras otros súper populares como Seinfield y Los Sopranos quedaron en los puestos 5 y 6, respectivamente. 

Netflix es uno de los impulsores de esa nueva popularidad en la audiencia más joven. El show está disponible en la plataforma desde Enero 2015 y sorprendemente, conquistó a la audiencia adolescente. Aunque la plataforma no da datos sobre sus "ratings" ni lo que paga por las licencias de transmisión, sí ha contado que medios para ese segmento como Teen.com y Seventeen manifiestan tener tanto ruido y clicks por Friends como los tienen por shows que están actualmente al aire y en producción, como Pretty Little Liars. Las apuestas por lo que pagó Netflix por la serie rondan los 118 millones de dólares. 

"Es como si hubieran hecho un show viral por naturaleza", dice Krystie Yandoli, de 26 años, columnista de BuzzFeed especializada en la serieMedios digitales como éste, cuyo público objetivo es fundamentalmente millennial tienen posts como "23 líneas icónicas de Mónica Geller en Friends" y "72 Verdades que Friends nos enseñó acerca de la vida a los 20s", además de reseñas, quizzes y trivias y toda variedad de memes, se han hecho virales no sólo gracias a los nostálgicos fans originales de la serie: ¡nosotros, los treintañeros! Yandoli asegura que el éxito de Friends es que es empático con mucha gente, porque todo el mundo se puede identificar con sus temas. 

No obstante, en el "universo Friends" no había presencia de lo que hoy consideramos vital: redes sociales, teléfonos inteligentes, la política sexual de Tinder y otras apps similares, acrónimos tales como YOLO y IRL, etiquetas de social media, ni la obligada de presencia de minorías. Sí, todos los personajes en Friends eran blancos y heterosexuales. Yo me pregunto, después de haber visto lo que pasó en el pasado Oscar con la campaña #OscarSoWhite y el impacto que han tenido personajes cuyo atractivo es precisamente ser los excluidos del pasado (nerds, transexuales, personajes con discapacidades intelectuales) ¿es posible creer que un programa producido hoy en día en esas condiciones podría ser tan popular y libre de crítica negativa? 

Creen muchos de los entrevistados en este artículo que el encanto de Friends tiene que ver con su retrato optimista y a veces irónico del arribo a la vida adulta post-universitaria. Una frase de Mónica Geller a Rachel Green en el piloto parece haber sido adoptada por muchos veinteañeros como motto generacional: "Bienvenida al mundo real. Es un asco. Te va a encantar". Los mayores, sin embargo, recuerdan esa época como un tiempo mucho mejor del que vivimos ahora: Bill Clinton era presidente de los Estados Unidos y fue antes de la "oscuridad' tras el atentado del 11 de septiembre. 

Precisamente, Friends se volvió aún mucho más popular después del 11 de septiembre. Voces como las de la propia Marta Kauffman, co-creadora, aseguran que porque era un programa optimista. "Parte de su encanto para los más jóvenes es que era una persecución de la satisfacción personal y otra parte, se debe a que, ellos [los milennials] están tan metidos todo el tiempo en las redes sociales, que necesitan el contacto humano. Necesitan intimidad y relaciones cercanas. 

"En retrospectiva, la era de Friends parece idílica comprada con la actual: una fantasía en la cual los amigos se reúnen en un sofá y no en Whatsapp", sentencia el artículo. Una fan de 21 años expresa: "En Friends, en su tiempo libre ellos se juntan en un café para verse y conversar. Hoy en día, nos vemos tan sólo por un rato y todo el mundo siempre está concentrado en sus teléfonos. En aquel entonces, las relaciones eran más person-to-person, en vez de a través de la tecnología". 


Foto tomada de Vulture.com

La nostalgia no es algo nuevo de esta era, aquello de "cualquier tiempo pasado fue mejor" nos persigue en todas las épocas. Por ejemplo, cuenta Sternbergh, en medio del malestar económico de los 70s, había una similar nostalgia por los años 50, a la cual le deben su éxito películas como Vaselina o programas como Happy Days. "Pero ahora, gracias al Internet, no necesitamos que se produzca una nueva serie que nos genere el mismo sentimiento de Friends - podemos simplemente revivir la serie en streaming". De nuevo, gracias mundo por las nuevas formas de ver televisión

"En Friends 'conexión' tenía un significado totalmente distinto". Una fanática de 27 años, Elizabeth Entenman asegura que no se podría hacer una versión actualizada de Friends, porque "no hay manera de que tengas a seis personas sin hacer nada en una misma habitación". De lograrlo, estarían con sus teléfonos tratando de enterarse de lo que está pasando afuera, 

En sitcoms modernos como Master of None o Love (ambos de Netflix), o en otras como Younger en donde conviven dos generaciones distintas de mujeres, un tema recurrente es el mensaje de texto no respondido, y es tan familiar para la audiencia y tan realista que sentimos el drama como propio porque nos ha pasado a todos. A todos nos han dejado en "check" o "visto". 

"No hay escape para esa realidad. Friends de alguna manera "nos recuerda la paradoja actual: saber que puedes estar en contacto con cualquier persona en cualquier momento, en realidad no nos ha hecho estar más cerca ni más unidos". 


La versión completa en inglés, escrita por Adam Sternbergh y publicada en la edición de New York Magazine el 21 de marzo, la pueden leer en http://www.vulture.com/2016/03/20-somethings-streaming-friends-c-v-r.html
Y ustedes, ¿qué opinan? ¡Me encantaría leer sus comentarios al respecto! 

viernes, 12 de febrero de 2016

5 programas de TV para ver después de una ruptura (o antes de comenzar tu próxima relación)


El llamado mes del amor puede ser una verdadera tortura para aquell@s que no tienen pareja, o peor aún, que han dicho adiós a una relación recientemente y no han pasado por completo esa página. Pero yo creo que nada mejor que una buena terapia de maratones, acompañados por unos cuantos kilos de helado para ayudar a una mujer a curar el despecho, o simplemente, pasar el temido "día de los enamorados" con ella misma (y su tablet, claro). O ¿por qué no? Organizar una pijamada de binge watching con las amigas solteras. Este post va para ellas, aunque también son bienvenidos los varones a darle un ojo a estas series.   
                                                                               

1. Los caballeros las prefieren brutas

En esta serie colombiana, Cristina, Hannah y Rodrigo (el infaltable amigo gay), despotrican de los hombres como quieren, sólo para volver a caer en las garras del amor en repetidas ocasiones. Recomiendo leer además el libro en el cual está basada y los otros de su misma autora, la también colombiana Isabella Santodomingo, toda una terapia completa contra el desamor y las heridas del autoestima (AM/FM: felizmente mantenida o asalariada de mierda, Sexorcismo, Nos amamos o nos soportamos? y Chantillología). La serie está en Netflix.  


 2.     El Negocio (O Negocio)
Esta hay que verla a solas o con amigas porque ninguna quiere que su pareja mire los cuerpos desnudos de estas sensuales, inteligentes y casi perfectas mujeres, ni tampoco que se entere que sientes una inevitable simpatía por este trío de prostitutas brasileras, que aseguran que su profesión es necesaria para mantener esposos relajados y matrimonios felices. Además disfrutarás viéndolas dominar el mundo de los negocios, usualmente regido por hombres. Es producida por HBO en Brasil y se puede ver a través de su servicio premium HBO Go. 

3.     30 rock
Narra la vida de Liz Lemon, líder del equipo de guionistas de un programa para mujeres, que gracias a su entregado trabajo, no tiene tiempo ni cabeza para las relaciones de pareja y las pocas que tienen resultan en amoríos fracasados, aunque anhela encontrar a Mr. Right. Es fresca e hilarante, y ayudó a posicionar a Tina Fey como una de las mejores comediantes de la historia reciente.  Si no la pillas en repetición en Sony Entertainment Television, puedes verla en Amazon Prime desde el principio. 


4.     The L World

¿Por qué no? Puede que ver algo de sexo y romance entre mujeres le dé una nueva dimensión a una futura relación de pareja. Y no tendrás a nadie para juzgarte mientras las miras. También en Netflix o la puedes comprar en Home Video. 


5.     Sex and the city

Cualquiera haya sido el motivo de tu ruptura, encontrarás una situación similar en alguna de las 6 temporadas que dura esta serie, que convirtió a Carrie Bradshaw, el personaje principal, en la gurú de las relaciones de pareja de las mujeres de 30. Sigue teniendo extraordinaria vigencia, es divertida y además encontrarás algo de consuelo en la moda, los zapatos y las compras, que son casi un personaje más de la historia. Seguramente la encontrarás en alguno de los servicios everywhere de HBO, aunque también puedes adquirirla en Home Video, porque dicho sea de paso, es una serie de colección. Le siguieron dos películas, una bastante aceptable y la segunda, se puede ver en fast forward porque es un poco aburrida. Dicen que habrá una tercera película, ¡lo veremos!  

BONUS TRACK: Crazy Ex Girlfriend. Recientemente publiqué una reseña en  mi cuenta de Instagram @tevefilia. Justo ahora está en HULU, sólo disponible para USA. Pero hay algunas opciones online para poder verla. 


Después de verlas, seguramente creerás que no te ha ido tan mal en el amor, y que no hay pena que la buena TV no cure.  O al menos, eso es lo que yo creo. ¡Enjoy! 

Y si quieres más reseñas, no olvides seguirme en Instagram y en Twitter como @tevefilia. 

viernes, 18 de septiembre de 2015

El peso de #PlusIsEqual. La publicidad que sí (me) importa


Cuando creé este blog lo hice con toda la intención de hablar sólo de televisión y no me hubiera imaginado posteando sobre una campaña publicitaria porque muy pocas resultan memorables para mí. Pero algunos casos de publicidad en social media ha cambiado bastante mi percepción sobre la industria, que se ha orientado hacia campañas más sensibles, más significativas, a sabiendas de que sólo así lograrán el ansiado engagement, y por ende, ser compartidas. 

Es el caso de una que ha conectado con mi historia de vida y ha puesto en palabras y en imágenes lo que he sentido durante mucho tiempo. Se llama "Plus Is Equal", el nuevo mensaje de la marca de lencería Lane Bryant para reivindicar a las mujeres de talla grande en el mundo de la moda y la belleza. Ya hace unos cuantos posts hablé sobre su predecesora "I'm No Angel" y las mujeres plus que consideraba significativas en la televisión del momento. 

Lane Bryant ha intentado posicionarse como la gran competidora de Victoria's Secret, y el argumento para su campaña de tallas grandes, es el hecho de que no menos del 67% de las mujeres en los Estados Unidos, pertenecen a ese segmento. Hasta muy pocos años, este segmento estaba completamente invisibilizado en la industria de la moda y la belleza; ciertamente, en los Estados Unidos había ropa de tallas grandes -a diferencia de en muchos países de Latinoamérica donde simplemente no existe- pero era ropa para cubrirse simplemente, ropa que no seguía las tendencias del fashion system

Lane Bryant no ha sido pionera del todo, muchas otras marcas ya habían incursionado en la moda plus. Pero lo que Lane Bryant ha hecho es un statement muy poderoso, es decir "basta de invisibilizarnos", "somos protagonistas", otorgando a la mujer el reconocimiento de su papel en la moda, la belleza y el sexo, como hizo antes Victoria's Secret con sus ángeles. Lane Bryant ha dicho en otras palabras: una mujer de talla grande puede ser objeto del deseo y además, ha prometido presionar a key players en los medios de la industria por una representación igualitaria. 


La supermodelo y vocera Ashley Graham,
una de las protagonistas de las campañas
de Lane Bryant (Foto tomada de PopSugar)
Para muchos, puede que el mensaje de Lane Bryant no signifique mucho. Pero para las mujeres que están dentro de este segmento -donde me incluyo- un mensaje como éste es sumamente poderoso, emocionante, comparable con el clamor por reconocimiento de los derechos civiles de la comunidad LGTB. Ciertamente, pareciera darnos el permiso para sentirnos bellas, atractivas, sexys, aunque no usemos ropa de la marca, aunque tengamos panza, celulitis y flacidez como estas modelos.

Pero hay más que eso, un lado menos frívolo (y por eso lo comparo con la lucha por los derechos de los homosexuales). La verdad es que hasta hace unos años, era imposible ver a una mujer con sobrepeso como protagonista de una serie de TV. Tampoco como figura principal de un aviso publicitario cualquiera, como no fuera con propósito de usar su condición para algún fin (vender productos adelgazantes, por ejemplo) o usándola como chiste. El sobrepeso parecía ser un elemento excluyente para el éxito y la felicidad (en pareja o no) y millones mujeres en el mundo han sufrido las consecuencias de esa exclusión. 

Hace un mes más o menos, me encontré este artículo escrito por Lindy West, una mujer obesa, del cual rescato algunas frases sumamente significativas. Ella habla de su boda, en la que se casó con el hombre que ama, "más gorda que nunca" y con un vestido que según muchos no "le favorecía", no ocultaba su cuerpo gordo, porque quería hacer una declaración política, se negaba a esconderse, que es básicamente, lo que la industria, los medios y en consecuencia nuestros familiares, amigos y consejeros (deseados o no) nos han impulsado a hacer. 

Lindy dice haber deseado amar y ser amada como un ser humano cualquiera por alguien, pero no "a pesar" de su cuerpo, ni tampoco "a causa" de él y por eso, confiesa haber pensado que no iba a casarse nunca, porque después de haber crecido sin un sólo role model que fuera como ella, siempre creyó que el matrimonio era para las mujeres delgadas. Y cuando creces creyendo que el matrimonio sólo es para delgadas, también asumes que una vida de pareja y una familia feliz también es derecho exclusivo de las delgadas. El papel de las obesas está reservado para eso que los hombres temen en que se conviertan sus esposas con el tiempo o para las mujeres que acaban siendo víctimas de la infidelidad de su marido. 

Lindy West el día de su boda (Foto tomada de The Guardian)
Ese es el mensaje que han recibido las mujeres plus por mucho tiempo: "adelgaza, tápate, escóndete, no te muestres; no aspires a mucho; confórmate con poco; la felicidad no es para ti; ningún hombre quiere a su lado a una mujer gorda; perderás a tu pareja algún día; tú no eres deseable; él puede tener 'algo' mejor; si te quisieras, adelgazaras; no eres digna de respeto o admiración". Lane Bryant ha irrumpido para decirles a esas misma mujeres que pueden mostrarse orgullosas y ser parte del evento más importante de la moda en Nueva York o estar en una valla gigante en las ciudades más importantes de los Estados Unidos, y que además, a partir de ahora, luchará porque esa industria a la que pertenece no las vuelva hacer sentir excluidas. 

Aún si esa promesa no llegara a cumplirse en un 100% -y sospecho que a muchas marcas del mundo de la "salud" no le conviene que se cumpla porque bajarán las ventas frenéticas de sus productos adelgazantes/embellecedores-, es un mensaje necesario que se agradece. Puede que Lane Bryant aumente sus ventas estrepitosamente con esta campaña (lo cual está bien, para eso se inventó la publicidad), pero lo que verdaderamente importa es que quedará en la mente de muchas mujeres como una marca que cambió la forma en que se sentían y la forma en la que eran tratadas. Cambió su historia.

And it doesn't get more engaging than that. 


sábado, 12 de septiembre de 2015

¿Dejamos de producir en Venezuela?

Desde 2009 viene dándome vueltas en la cabeza la pregunta que me hizo un compañero de Especialización en TV de la Universidad Javeriana en Colombia, ¿qué pasó en Venezuela que dejaron de ser la más exitosa industria de telenovelas y otros programas de televisión de los 80s y 90s? ¿Por qué dejaron de producir? 

La verdad es que en Venezuela no dejamos de producir, no hemos parado un sólo día. Ciertamente, atrás quedó la exitosa industria de telenovelas con el cierre de RCTV, el control de contenidos y la persecución a los medios en general, hicieron que el negocio se hiciera poco rentable y riesgoso. La producción audiovisual en efecto disminuyó y entre el 2005 y el 2010 desaparecieron muchas pequeñas y medianas empresas, pero en los últimos años ha vivido un nuevo renacer, gracias, paradójicamente a la grave crisis económica que atraviesa el país. 


Pero sucede que actualmente los venezolanos somos mano de obra a costos muy competitivos. Venezuela, como me dijo hace un tiempo una amiga, significa para muchos empresarios algo así como un call center en India. El costo de mantener un canal de TV, una productora audiovisual o una plataforma de contenidos aquí es ridículamente bajo en comparación con el costo en cualquier otro país del mundo. Por eso hay empresarios (se cuentan con los dedos de las manos pero los hay) apostando hoy por producir en Venezuela. 

Mantener una casa productora o postproductora que preste servicios para clientes internacionales, es un negocio con resultados positivos. Al punto de que muchos emprendimientos, con sorprendente velocidad consigue abrir pequeñas oficinas en otros países, como Panamá, México, Estados Unidos, o el Caribe. Sorprende escuchar el abanico de nacionalidades de donde provienen los clientes de muchos pequeñas y medianas productoras y a veces, hasta hace recordar los buenos momentos de la producción publicitaria de los 80s, en donde eran muchas las marcas que producían comerciales aquí. 

Por otra parte, con las decenas de músicos venezolanos que están destacando internacionalmente por ejemplo, se han abierto oportunidades inmensas de producir sus videoclips aquí, a muy bajos costos en comparación con lo que pueden costar piezas de envergadura similar en los Estados Unidos o México, donde la mayoría vive. 

Sin embargo, yo creo somos más que un buen negocio, en términos estrictamente numéricos. Me atrevo a decir que el gran valor (intangible en principio) del personal audiovisual en Venezuela es su actitud y su mística ante el trabajo. He tenido la fortuna de trabajar en diferentes áreas del negocio: la producción dentro y fuera de canales de TV, de programas de TV, comerciales, video clips, programación, guión, mercadeo, todas áreas que funcionan de manera muy distinta y con sus retos particulares, y en todos me he encontrado profesionales dignos de reconocimiento. 


Imágenes de la producción del último videoclip de Picante Films
para Max Pizzolante en La Victoria, Edo. Aragua.
Cortesía Picante Films. 

Sí, en los últimos años se han ido tantos profesionales que son muchas las reseñas en medios de comunicación sobre los que triunfan afuera. A ellos les debemos muchísimo, pues nos han dado visibilidad en el mundo. Han mostrado al emigrante preparado, capaz, trabajador, pujante, deseoso de hacer cosas buenas. Pero es frustrante enterarse que cada mes un nuevo profesional del medio nos deja para probar mejor suerte en otras latitudes porque aún con el flujo de trabajo, puede aspirar a una mejor calidad de vida. 

Por otro lado, tengo la percepción de que constantemente se menosprecia al profesional que se queda, se le invisibiliza, como si fuera estrictamente necesario el reconocimiento foráneo para poder valorar el talento que tenemos. Como si necesitáramos esa validación externa, porque básicamente en este punto, una empresa venezolana es considerada exitosa si logra conquistar a clientes internacionales, que paguen en moneda extranjera, la única que en un país en hiperinflación, permite sobrevivir y crecer a una empresa.  

Así es que la respuesta a la pregunta inicial, es simplemente, que en Venezuela NO HEMOS DEJADO DE PRODUCIR, así como en Venezuela no hemos dejado de trabajar ni un sólo día por echar este país adelante. Una vez me preguntaron -también un colombiano- si era cierto que los venezolanos éramos flojos y nada más lejos de la realidad, los venezolanos somos gente muy trabajadora, en pocos países del mundo he visto despertar a una ciudad cuando aún no sale el sol para ir a trabajar, y los sets de producción son una muestras de eso. Que perdimos el negocio de las telenovelas es cierto, aún cuando muchas de las historias que dejamos escritas se sigan vendiendo y recreando en otras latitudes, pero en pequeña escala y en otras áreas como los comerciales y los videoclips, con condiciones distintas, seguimos produciendo. 

En este ánimo, reseño las palabras de Jhony Pulido, ex productor de RCTV, en una entrevista sobre su trabajo más reciente para Idea, palabras que creo expresan atinadamente el sentir de muchos realizadores y apasionados del mundo audiovisual: "estamos orgullosos de lo que fuimos, clarísimos del presente que tenemos pero también apuntando hacia un futuro que depende de nosotros qué tan bueno sea". 

Así se produce hoy en Venezuela, otrora cuna de las más exitosas superproducciones dramáticas 'únicamente superadas en los 80s y 90s por las de facturación brasileña- con las uñas. Se hace el trabajo de tres profesionales y a menudo sólo se paga por el de uno. Se enfrentan riesgos a diario, en cada producción que se hace, pero hemos encontrado la manera de protegernos y proteger los equipos. Se multiplican casi mágicamente los recursos. Se estiran las horas del día para llegarle al tiempo al deadline del cliente, así sea "imposible" para otros. Se trabaja hasta 24 horas seguidas y en medio del agotamiento siempre hay espacio para un chiste y una sonrisa. Aunque tenemos excelentes compañías de rental muy bien equipadas, también se hacen maravillas sin tanto juguete tecnológico. Se negocia con el buen humor de por medio para que todos siempre queden contentos. El talento se entrega con el alma. Hay locaciones para todos los gustos y todas las expectativas. Y sobre todo, en Venezuela, a pesar de las dificultades y los retos, se trabaja con buena vibra porque creemos y confiamos en que volveremos a producir con las libertades y los recursos que tuvimos algún día. 

Así producimos para demostrarle a nuestros clientes, a los actuales y a los potenciales que nada de esa mística y ese talento que una vez nos hizo famosos en la industria audiovisual se ha perdido. Gracias por seguir confiando en Venezuela. 
Con Teddy Pino, Director de Fotografía con más de 40 años al servicio de grandes producciones  y sigue rodando.









miércoles, 22 de abril de 2015

Para ver RIGHT NOW: Los Hombres también lloran

Fresca, distinta, divertida, así defino la serie de comedia que estrenó esta semana Venevisión (para Venezuela). Aunque me ha faltado un poco el tener situaciones de comedia más poderosas teniendo en cuenta que viene de pluma colombiana, creo que vale la pena verla. Si les gustó Los Caballeros las Prefieren Brutas, les puede gustar ésta, que además fue producida por la misma casa, Laberinto Producciones. 
Javier, el protagonista, es un hombre completamente enamorado de su novia -y luego esposa- María. Ambos planean irse a vivir a Miami, y acuerdan que María se adelantará mientras Javier se encarga en Colombia de venderlo todo para luego alcanzarla. Pero María le termina por teléfono a Javier justo el día de su viaje, y a Javier le toca recuperarse del despecho. Guillermo García, actor venezolano, es el protagonista. Tiene en su currículo haber estelarizado la película "Azul y No Tan Rosa", en la que interpreta a un homosexual cuya pareja es asesinado a golpes por un grupo homofóbico. La película ganó un premio Goya como mejor película extranjera de habla hispana. 
Volviendo a la serie de 41 episodios, hasta ahora los personajes más pintorescos y mejor logrados, aparte del ingenuo Javier, me parecen la mamá y el hermano menor del protagonista, ella una hippie a la que le encanta hablar  de sexo con demasiada sinceridad con sus hijos (más de la que ellos mismos pueden soportar) y él, menos ingenuo que Javier y sarcástico hasta más no poder. En cuanto al resto, parecen bastante grises, incluyendo a la propia protagonista, María, la esposa de Javier, en comparación con la variedad y elocuencia a la cual nos tienen acostumbrados las historias colombianas. 
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Cómo verla: En Venezuela, Venevisión la transmite a las 7:00 pm.