Todo lo que quieres saber sobre la nueva televisión

Cuando yo tenía unos 8 años, mi papá, que siempre ha sido ratón de librería, ideó una forma extra de estimular la lectura no sólo en sus hijos, sino en cualquier otro asiduo visitante de nuestra casa: instaló una biblioteca en el baño. Hasta entonces, ese era el único lugar de la casa en donde no había libros de arriba a abajo.
Allí había entretenimiento para todos los gustos: revistas ligeras, una extensa colección de National Geographic, libros de Agatha Christie, algunos almanaques mundiales, por supuesto el periódico del día (o de la semana que a veces se iba acumulando), novelas históricas, entre otros contenidos. La intención era clara: lean lo que quieran, pero LEAN, y para ello, nos puso la lectura al alcance de las manos.
Hoy, debo confesar, el hábito que papá nos introdujo en mi casa ha sido desplazado en parte por otro, que le debo precisamente a la tecnología de la que quiero hablar hoy: ver TV en el baño. Sí, en el baño y en todas partes. Es lo que hago durante mi rutina matutina y seguro que no soy la única que lo ha intentado, gracias a la tendencia actual en contenidos audiovisuales: la TV no lineal.
TV no lineal se denomina al conjunto de soluciones que pretenden ofrecer a la audiencia la posibilidad de ver contenidos a través de una variedad de dispositivos móviles (smartphones, tabletas,  cónsolas de video, etc), en el momento en que lo necesiten, desafiando la linealidad de las parrillas de programación tradicional. Fue una iniciativa impulsada con fuerza hace unos  4 años a la que hoy se han unido muchos canales tradicionales, y muchos otros están en el camino, porque hoy en día, tal parece que los canales/contenidos que se limitan sólo a lo que se puede ver a través de la llamada “pantalla chica” (aunque irónicamente ahora usemos pantallas más chicas que esa) o lo que ahora se llama "primera pantalla" están destinados a morir.
La TV no lineal se basa en tres premisas; la primera, es que los contenidos que el usuario quiere ver estén al alcance de su mano, en cualquier parte, sin depender del aparato, de la caja llamada televisión, por eso se habla también de TV Everywhere (ya explico más adelante cúal es la diferencia). La segunda, que no dependan de un horario de transmisión para ver lo que les gusta ver, y la tercera, una tácita diría yo, que al igual que lo que logró aquella biblioteca colocada en el baño de mi casa, los usuarios consuman, cualquier sea el tipo de contenido que les guste, pero que consuman. De hecho, es común decir, por los ejecutivos de la industria, que realmente la TV no lineal no compite con la TV tradicional sino con cualquier otra forma de entretenimiento (en mi caso los libros, por ejemplo) porque te permite ver TV donde no podías y antes solías hacer otras cosas.
Dentro de esta tendencia de la industria, conviven varios modelos de negocio, los cuales para un espectador común quizás sea muy aburrido conocer y entender, pero uno de ellos, que ha calado con fuerza en Latinoamérica es el de la TV Everywhere. Consiste en poner a disposición de los suscriptores de canales Premium, las mismas series y películas, entre otros formatos, pero en sus dispositivos móviles.
HBO Go es uno de esos casos que suena muy fuerte en Latinoamérica y en especial en Venezuela.  Con él, el usuario que tiene HBO en su paquete de cable, sin pagar un céntimo extra (por lo menos hasta ahora) tiene a disposición las series más exitosas, donde y cuando quiere. La compañía, además, ha prometido lanzar una modalidad que le permitiría aquellos que no tienen un servicio cableoperador contratado, obtener una suscripción a HBO lineal + HBO Go. Hay otros como History, Fox, etc que también se han uniendo a esa oferta de servicios.
Netflix, en cambio, que aunque se puede ver everywhere es más bien llamado TV en streaming, con un amplio catálogo de programas entre series, telenovelas, documentales y hasta contenido infantil, implica un cargo de 8 dólares al mes en tu tarjeta de crédito. Netflix es un servicio independiente, no es parte de ninguno de estos grandes holdings de TV tradicionales y digamos que es el que le está haciendo la vida amarga a HBO y otros porque lo ven como un competidor que está avanzando velozmente y está produciendo su propio contenido (Orange is the New Black, House of Cards, Marco Polo, sólo por citar los más exitosos).
Soy usuaria de ambos modelos. Desde que descubrí que podía ver lo que yo quería y donde yo quería sin recurrir a la piratería, consumo con la avidez que me permite mi escaso tiempo libre de mamá profesional, los programas que más me gustan y también doy una probadita a las series de las que todo el mundo está hablando. Pero he descubierto que además de lo fascinante que me resulta como telespectadora, hay un negocio mil millonario detrás de la explosión de estas nuevas plataformas que tiene su propio significado en diferentes audiencias.
El público infantil, el early adapter por excelencia.
Por ejemplo, para la audiencia infantil significa tener a mano el contenido que sus hijos ven y vuelven a ver una y otra vez en todas partes y con la posibilidad de parar y volver a repetir cuantas veces quieran. Soy un testigo viviente de lo difícil que resulta para mi hijo entender que cuando no hay iPad ni Wifi cerca, sólo nos queda la TV tradicional, en donde no se puede volver a ver al episodio ni ver Peppa o Thomas The Train cuantas veces él quiera.
Para los consumidores de telenovelas –también me incluyo- Netflix ha significado tener la posibilidad de rescatar del baúl de los recuerdos las historias de la época de esplendor de la telenovela venezolana y uno que otro contenido que hoy ya no se puede encontrar en la TV abierta, gracias a la contracción del negocio en el país donde vivo. Y para sus productores ha permitido una forma extra de ganancias por concepto de venta de sus licencias. Me entusiasmó mucho ver el catálogo de telenovelas, series y programas de entretenimiento de la extinta RCTV, (empresa en la que trabajé) allí: Kassandra, Doctor G y las Mujeres, Juana La Virgen, Radio Rochela, entre otros, ahora en un canal de Youtube pero pronto estará disponible a través de una aplicación para móviles, Póngalo. Una historia que no ha desaparecido, está allí y la gente la sigue consumiendo.
En Venezuela, desde hace unos meses contamos con VIVOplay, que tiene un diferenciador y es que se enfoca en ofrecer actualidad e información a través de varios espacios de producción propia. En otros países del continente está disponible Claro Video; en los EEUU tiene Hulu y Amazon Video, en España, Movistar Series, y así poco a poco se diversifican las opciones en todo el mundo.
En general estas plataformas nos traen hasta nosotros contenidos, de manera legal, que de otro modo no pudiéramos disfrutar ni conocer, documentales que no son programados en los cines o que sólo llegan a donde vivimos en festivales y luego desaparecen, contenidos nostálgicos, estrenos, éxitos en otros idiomas, películas que no siempre podemos cazar en los canales tradicionales, entre otros. Han irrumpido en el negocio para re-inventar nuestra forma de entretenernos, pero sin olvidar lo que alguna vez nos conquistó en el pasado, a mi modo de ver, sin necesariamente amenazar con la desaparición de la TV lineal o tradicional y han definido una nueva clave de negocio: lo multiplataforma, dónde y cuando quieras.
Para los que trabajamos y vivimos del contenido audiovisual eso no es cualquier cosa. Es un mundo de nuevas posibilidades. 
Claro que hay un trabajo de evangelización que hay que hacer porque no toda la audiencia es capaz de adoptar una nueva tecnología tan fácilmente. Mi papá por ejemplo, que siempre fue un early adapter, dice no acostumbrarse aún a la pantalla del iPad para ver contenidos de larga duración. Pero poco a poco se empieza a sentir atraído por las ventajas. Y mientras él se adapta, puede compartir su clave de HBO Go con sus hijos (no se pierdan este video que pongo al final que está buenísimo). 


Algunos términos que son comunes en el mundo de la nueva TV 

¿Qué es #BingeWatching? 

To binge quiere decir algo así como darse un atracón de algo. Es lo que se hace cuando ves muchos capítulos seguidos de una serie, telenovela, dibujo animado, etc, y básicamente es lo que hacen todos los niños pequeños en la TV en streaming y también los adultos, gracias a que ya no tienes que esperar una semana o más a que un canal de TV ponga el siguiente episodio de tu serie favorita. Uno tras otro. Es español se habla de "maratones".

¿Qué es un #LateWatcher?

Si eres de esos que llega tarde a las series, de esos que las pillan cuando ya todo el mundo está hablando hace rato de ellas o ya dejó de hablar de ellas, y sólo logras verlas gracias al maravilloso invento de la TV no lineal, los reruns o los servicios de grabación, eres lo que yo llamo un #LateWatcher y estas reseñas son para tí.

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