1. Los Masters: orgasmo-freak
Está basada en la vida de William Masters y Virginia Jonhson, quienes en los años 50 y principios de los 60s, hicieron investigaciones sobre la sexualidad humana, volviéndose objeto de su propia investigación. William y Virginia se enamoran al final de la primera temporada de la serie mientras tratan de rehuir las prohibiciones y condenas a sus escandalosos experimentos, que consistían básicamente, en tener sexo mientras tomaban datos y observaban la alteración de los signos vitales y la respuesta de diferentes partes de sus cuerpos. En principio contaron con un grupo de voluntarios para los experimentos, pero cuando las autoridades médicas de la institución en la que trabajaban les negaron el permiso para continuar, no les quedó más que entregar sus cuerpos (y sus corazones) a la investigación. Siempre es excitante ver cómo una mujer bella, inteligente e independiente, al menos según la interpretación que hace Lizzy Kaplan de Virginia Jonhson, ayuda a romper un matrimonio convencional en el que al parecer hay una profunda insatisfacción e incomunicación (siento si el spoiler les arruina algo de la diversión pero la historia real ya está escrita). Claro, luego nos damos cuenta de que el incomunicado y con cero inteligencia emocional es el Dr Masters, y que además si no fuera por Virginia su relación carecería de emoción, pero nuestra romántica interior sigue esperando que el amor de Virginia lo haga más feliz de lo que fue con la sosa Libby (la niña buena y correcta de la historia).
La temporadas 1 y 2 de Masters of Sex se pueden ver en HBOGo. La 3era se estrenará en algún momento durante el 2015.
El morbo acerca de las parejas poderosas siempre ha estado allí, pero House of Cards es capaz de llevarlo a otro nivel. La dupla Claire-Francis durante la primera y segunda temporada nos ha sorprendido con su ambición (en muchos sentidos), su facilidad para moverse rápido en las esferas del poder, pero también por una inagotable solidaridad del uno con el otro, y eso que muchos hemos buscado sin encontrar fácilmente y que los terapistas consideran esencial para la vida feliz en pareja: la contención. La impoluta Claire y el impertubable Francis se contienen el uno al otro (y frente al mundo libre) de una forma envidiable, como muy pocas parejas de casados lo hacen, y siempre me pregunto si realmente lo que existe entre ellos es amor? En especial cuando se pueden ver los ojos de cordero degollado (que sí resultan familiares) de Claire ante la humanidad de Adam Galloway, su ex novio. No hay un ápice de romanticismo entre los Underwood y sin embargo, uno sabe que son almas gemelas y espera que se mueran juntos (eso sí, que sea una muerte dolorosa). Verlos fumar juntos al llegar a casa después de un día agotador, es maravilloso. Claro, que ellos no son lo único raro ni incómodo en esta historia, aunque sí son lo más perturbador. Debo contenerme a mí misma para no contar más de lo que hacen y deshacen este par -puertas adentro y afuera- para llegar a la presidencia del imperio yanqui contra viento y marea, pero les digo que por nada del mundo deben perdérselo. Las temporadas 1 y 2 están disponibles en Netflix.
La 3 estrena el 27 de febrero, quizás la nueva temporada más esperada del momento. No sé qué esperar de ellos pero sólo sé que no se debe esperar nada bueno.
Otros 'demonios' comunes a estas dos series, son la ambición y sin duda, el ego de sus protagonistas, pero de eso podremos hablar en otro post.
Quién dijo que el amor no podía ser 'raro', incómodo, perturbador, y a la vez ser emocionante? Y uds, tienen una parejita de 'freaks' favorita?
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