miércoles, 25 de marzo de 2015

Para ver RIGHT NOW: How To Get Away With Murder ¿qué tanto tienes de inocente o de culpable?


How to Get Away with Murder (Foto de canalsony.com)
Confieso que no soy una amante estable, es decir una fiel tevéfila cuando algún programa de la televisión me gusta, volviéndome muchas  veces una late watcher, pero debo reconocer que How to get away with murder, me está manteniendo muy activa y enganchada cada semana.
He seguido otros trabajo de Shonda Rhimes como Grey's Anatomy y Privace Practice (esta última más como late watcher) pero How to get away with murder ha sido la que más me ha tenido en  modo on , creo que más bien por esa actuación y elemento sorpresa que siempre le da en cada capítulo la abogada Annalise Keating , interpretado por Viola Davis.
La actuación de esta actriz de cine, televisión y teatro es lo que despierta mi adicción a esta serie en cada entrega; esa mezcla de mujer poderosa con traumas infantiles de abuso sexual, que se desenvuelve en un mundo lleno de oscuridad y corrupción,  y que está dando mucho de qué hablar de esta estadounidense.
La diversidad del elenco, específicamente del grupo de estudiantes que fueron seleccionados para trabajar en el escritorio de Annalise Keating le aporta un gran valor a la serie, donde se abre paso a actuaciones como la de la mexicana Karla Souza quien interpreta a Laurel Castillo. 



Pero volviendo al punto central de "Cómo defender a un asesino" (esta sería la traducción al español), Shonda Rhimes ha sabido cómo explotar los picos más altos y bajos de un personaje, al mostrar una mujer de una sangre tan fría como para implicar a personas inocentes en asesinatos y por otra parte  tan vulnerable haciéndola flaquear de momentos, sumergiéndola en el alcohol, sacando resentimientos de la infancia y pidiendo auxilio a su madre como si se tratara de una niña de 5 años.
No sé si serán cosas mías pero me da la impresión de que Annalise tiene un caminar un tanto peculiar. En las escenas en las que la muestran andando, sus pasos y  postura me hacen pensar que es una mujer mayor, sin imaginar que al llegar a la corte se activa todo un instinto como el de una fiera que no quiere que le quiten a su presa.
La transformación física que muestra en el transcurso de un mismo capitulo la hace muy apetitosa: ver una mujer empoderada en una corte, impecable de pies a cabeza, que al llegar a casa se encuentra con una realidad con la que debe lidiar, mostrando su vulnerabilidad cuando se va desprendiendo de su peluca, pestañas postizas, maquillaje y ropa costosa.
Si aún no la has visto y te identificas con temas relacionados a leyes, suspenso e intriga estás a tiempo de ponerte al día con esta serie que está por terminar su segunda temporada. En algún punto te podrás preguntar qué tanto tienes de culpable o inocente en tu día a día.
By the way: si te gusta el carácter que le inyecta Viola Davis a su personaje en esta serie, te sugiero que veas su actuación en la película The Help (nominada al Oscar). 
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Cómo verla: En Latinoamérica la transmite Canal Sony los miércoles en Prime Time. Click aquí para ver los horarios en tu país y más detalles sobre la serie. Aún no disponible en ninguna plataforma legal.

jueves, 19 de marzo de 2015

La TV de “no hace tanto”




Hace unos meses, tuve lo que me gusta llamar un “Power Lunch” con un amigo del pasado. Ed Vill y yo nos conocimos en el año 96, y para entonces estaba claro que él sería diseñador gráfico y yo, quería estudiar comunicación social. Mucha agua ha corrido desde entonces, y el río nos trajo a reencontrarnos hablando de algo que a ambos nos encanta, la televisión. Ed Vill es un tevéfilo como yo, un acumulador de Fun Facts sobre sus shows favoritos, un fan confeso de Chespirito, y además, uno de sus hobbies, que es producir contenido para web, lo ha llevado a hacer un par de intentos frente a las cámaras en el campo del humor (Ver Ed Vill TV).
Entre muchos temas, terminamos poniendo nostálgicos sobre el pasado de la TV venezolana. No, no sobre la TV de los 80 (que, mención aparte fue la que nos educó y fue muy buena), sino esa TV en la que queríamos trabajar cuando ambos estábamos recién llegados al ruedo laboral. Nos parecía increíble que tan sólo hace poco más  de una década, cuando ya no éramos precisamente unos chamos, se estaban haciendo cosas que bien podían haber evolucionado y llevarnos al sitio que ocupan hoy hubs de producción audiovisual como Argentina y Colombia (por no hablar de Chile y Perú, que no se quedan muy atrás). Y además, eran producciones innovadoras, súper cool, unas más exitosas que otras, pero todas, con elementos que eran atrevidos y rompedores de esquemas en Latinoamérica.
Pero entonces llegó la Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión, que parecía abrigar la promesa de hacer crecer la producción independiente y brindar nuevas oportunidades de realización y además, de transmisión a través inclusive de los canales más importantes. Algunos se hicieron ilusiones. Sin embargo, el tiempo se encargó de demostrarnos que serviría más bien como un instrumento político para anular la creatividad y la inversión en los contenidos.Y se detuvo el tiempo en la televisión venezolana, pues desde entonces no ha habido más que contracción y retroceso.
Estos, a mi modo de ver, son algunas de las experiencias televisivas de fin del siglo pasado e inicios del presente, que podían haber llevado nuestra TV a otro nivel de creatividad, calidad de producción e interés en el mercado global. La mayoría, como todo producto rompedor de esquemas, programas con sus detractores y sus fans.

  • Ni tan tarde (1999-2001): es quizás el precedente de todo los demás programas aquí mencionados. Fue de los pocos programas dedicados a una generación joven desde Sonoclips, una generación que había crecido escuchando a otra generación de locutores y programas irreverentes en la radio, entre los que estaban Luis Chataing y Érika De La Vega, sus conductores. Durante años, ese mismo grupo etáreo anheló que se volviera hacer algo parecido, hasta que en 2013, apenas, se logró el regreso de ambos personajes a la franja nocturna, pero esta vez por separado. 
  • Zona Otaku (2001): este programa de concurso tenía dos cosas de vanguardia, estaba dirigido a un nicho muy específico, los fanáticos de la cultura del animé, llamados precisamente, “otakus” y proponía la interactividad con la audiencia, a través de un chat, cosa inédita en el país para el año 2001. Era conducido por el hoy serísimo narrador de noticias Román Losinzki, vestido con camisas ilustradas con personajes alusivos al tema. Fue una de las primeras veces que los venezolanos vieron sus mensajes reflejados en la pantalla del televisor. Parece incréible pensar que tuvimos un programa para un nicho tan específico.
  • Los Últimos (2001): serie dramática de corte familiar completamente hecha en formato de cine, lo que fue una novedad para la televisión, dirigida además por el conocido director de cine Beto Arvelo, y rodada en los Andes venezolanos, con gran parte de sus secuencias en exterior. Una apuesta única en su estilo.
  • Destinos Musicales (2001): un recorrido por Venezuela para mostrar lo mejor de su folklore musical, con una gran calidad técnica. Fue una producción independiente de Pimentón Films, empresa creada por el conocido locutor y animador Eli Bravo. Si bien existía un programa que lo antecedía en el género de viajes (Bitácora, 1994-2007), este fue hecho con un claro corte de interés internacional, y de hecho, luego de su transmisión a Televen, la serie fue vendida a People&Arts y a Sun Channel, ambos canales internacionales. Uno de los casos que demuestra que inclusive antes de la Ley Resorte y el reglamento de los PNI en el país estaba creciendo la producción independiente.
  • Planeta de 6 (2001-2002): era, en síntesis, una versión criolla de “Friends”. El formato, como tal, no tenía nada de novedoso, ni tampoco era la primera vez que en Venezuela se intentaba adaptar la comedia situacional, tan inherente a la cutura gringa (ya había habido varios intentos medianamente exitosos en los 80 como “Leonor” y “Kiko Botones”) pero fue la única oportunidad para los venezolanos de nuestra generación de asistir a la grabación de un sitcom en Venezuela, además bien podría haber precedido experiencias mejoradas del mismo género. La más conocida del elenco: Ana María Simon.
  • Chatódromo (2003): una apuesta de RCTV que duró muy poco, en muy momento ya difícil para el canal. Se transmitía en vivo, y su atractivo principal era la promesa de interactividad con el público. Los mensajes de la audiencia podían aparecer en vivo en la pantalla, una apuesta demasiado arriesgada con la ya vigente Ley de Contenidos.
  • Noche de perros (2003-2005): de los poquísimos ‘late shows’ con los que ha contado la TV venezolana. Y el único 100% dedicado al público masculino. Fue el programa que le dio la fama a Jean Paul Leroux, hoy reconocido actor en Latinoamérica. Se lanzó una nueva edición en 2008  con sólo uno de los conductores de la versión original pero fue cancelada por falta de audiencia.
  • Las Rothenmayer (2004-2005): fue la respuesta “feminista” al late Show Noche de Perros. Lo novedoso es que era un formato programa de ficción humorístico, y mitad programa de entrevistas. En él, “Doña Gumersinda”, un personaje encarnado por el actor Josúe Gil que ya era conocido en la farándula, hacía de excéntrica abuela y matrona de una familia compuesta sólo por mujeres, la periodista Ángela Oraa era la madre de dos jovencitas sin remedio: la exconductora de Sin Flash TV, Nani Montero y la fallecida miss Eva Ekvall, que recibían invitados especiales en su set para unas participaciones nada convencionales.
  • El Dr. G y las mujeres (2007): de los últimos intentos de RCTV por ganar audiencia antes de su salida de la TV abierta. Una comedia situacional (sin público en estudio) en la que Luis Fernández es un psicólogo que intenta conocer a fondo el universo femenino a través de sus pacientes. Bien podría haber hecho parte de la ola de producciones humorísticas latinoamericanas de estos últimos años. En el mercado internacional no le ha ido tan mal, pues se ha vendido a algunos canales internacionales y plataformas de streaming.
No es casualidad que la mayoria de los programas de esta lista fueron producidos y transmitidos por Televen, canal que desde finales de los años 90 se caracterizó por emprender apuestas innovadoras para competir en un segmento del público distinto al que se disputaban los ya posicionados RCTV y Venevisión. Hoy en día, aunque queda uno que otro espacio arriesgado en términos financieros para la difícil situación nacional (como los formatos internacionales Quien Quiere Ser Millonario y Un Minuto para Ganar), Televen no hace mucho  más que repetir las fórmulas vencidas del extinto canal de Bárcenas.
Hoy, como productora, guionista y monitor de contenidos, me sorprende ver que muchas experiencias similares a estas de la lista, en 2014 son novedad en otros países del continente y se venden en los mercados internacionales como pan caliente, claro que en calidad HD y con temas actualizados. Como me dijo Ed Vill en nuestro almuerzo, “nos quedamos con las ganas” aunque no estuvimos tan lejos. No hace tanto tiempo.

miércoles, 18 de marzo de 2015

Reseñas para late watchers: THE AFFAIR, la serie más hot del verano pasado

 Con ese nombre, muy probablemente no se necesita leer la sinopsis para saber de qué se trata. Y tampoco se necesita hablar inglés; todos sabemos lo que significa.Ya con su título la serie se vende sola. Pero hay por lo menos otras 8 razones para verla. 
1. Tiene dos Globos de Oro: el de mejor serie dramática y el de la mejor actriz en esa categoría.

2. Un montón de gente hot: todos son bellos, perturbadoramente bellos, aunque están todo el tiempo "al descuido", tipo veraniegos, pues. Si hay que sentar posición, es muy difícil decidirse, cada quien tiene lo suyo. El personaje de Maura Tierney (Hellen) quizás sea la menos sobresaliente en lo físico, pero es una esposa fogosa de la que Noah no tendría por qué quejarse con "la otra". 
Dominic West y Ruth Wilson (Noah y Allison) en The Affair [Cortesía de Showtime]
3. A Dominic West -que se presenta como intelectual- se le puede ver  tantas veces desnudo y teniendo sexo, que casi te sientes parte del triángulo (o cuadrilátero) amoroso con él. Y vaya, que una relación con este hombre, con ese cuerpo, su pelo desordenado y las arruguitas en la frente, así sea adúltera, no es nada que se pueda despreciar tan fácilmente. 
4. Rompe los preconceptos acerca de la infidelidad y no la juzga. Nada de "él la engañó porque ella era una bruja" o "ella le puso los cuernos porque él era un tipo barrigón y aburrido". Para nada, como he dicho, la esposa engañada es una mujer bella, apasionada y hasta divertida. Tampoco se da el affair porque alguno de los dos tuviera una oportunidad única, no hay machismo. No hay una explicación lógica de por qué sucedió, simplemente hay una atracción que parece indetenible.
5. El "macguffin" o la gran sorpresa de la serie: un asesinato. En esta serie vas descubriendo cosas nuevas, todo el tiempo. Hay un asesinato que no te 'vende' la sinopsis, ni los trailers de la historia, pero que sirve para contar todo lo que pasó entre Noah y Allison. Caramba, que lo que creías que era melodrama puro termina siendo una serie de suspenso! Seguramente pensaron ponerle algo así como "Sé lo que hicieron el verano pasado" pero el nombre ya estaba tomado.
6. Está contada desde diferentes puntos de vista, uno masculino (el de Noah), y el femenino (Allison). Esa es una fórmula que ha funcionado en muchas ocasiones el cine, pero que en TV es experimental.
7. Juega con tu psique. Como está contada a dos voces, basada en la reconstrucción de los hechos a partir de recuerdos, hay multitud de detalles que no coinciden. Lo que te hace pensar, ¿acaso es normal que cada quien recuerde lo que pasó de una manera distinta?  Yo la verdad, me sentí tentada a interrogar a mi chico sobre lo que recuerda del día en que nos conocimos, y compararlo con mi versión de los hechos, para jugar a encontrar las diferencias y las similitudes. Con esta serie estarás siempre jugando a eso.
8. Alguien miente, y aún después de haber visto era primera temporada, aún no sabrás quién. Pero ¡se abren las apuestas! quizás en la segunda temporada, ya en producción, lo sabremos.
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Cómo verla: Si estás en USA, puedes pillarla en Showtime en repetición (se estrenó a finales de 2014) o verla a través de Showtime Anywhere. En Latinoamérica todavía no hay una opción legal para verla, pero estaremos informando próximamente en cuanto se incorpore en cualquiera.

lunes, 16 de marzo de 2015

Reseñas para late watchers: HOMELAND (o la nueva 24)

Claire Danes es Carrie Mathison en Homeland (Foto: Cortesía de Showtime) 


Debo empezar contando que mi primera experiencia con el binge watching o los atracones de series de TV, fue con 24, la serie sobre la lucha del agente estadounidense Jack Bauer contra el terrorismo. Siempre creí que el formato de la serie, en la que cada episodio era exactamente una hora en la vida de este hombre, no una hora cualquiera, sino una hora que era crucial para detener un ataque terrorista, era lo que pudo mantenernos a mí, a mis papás y algunos amigos a quienes entonces recomendé la serie, cautivos en casa por días enteros devorando uno a uno los DVDs de las primeras temporadas. Desde entonces, maratonear se me ha hecho costumbre, pero no como me sucedió con 24, con esa necesidad casi incontrolable de seguir con el próximo episodio. No, hasta que conocí Homeland, que trata también sobre el terrorismo. 
Carrie Mathison es una agente de la CIA, pero una que -como Jack Bauer- no suele seguir siempre los protocolos. Claire Danes no era de mis actrices favoritas (nunca la ligaba en los premios a mejor actriz) pero su actuación aquí es extraordinaria. A medida que la serie avanza es inevitable sentir empatía por ella y admirarla por su talento como espía. Y también -a ratos- por Nicholas Brody, su coprotagonista que a menudo se vuelve enemigo. Se puede entender perfectamente por qué Obama dijo que era fan de esta serie: presenta muchos matices en el sentido del patriotismo y la moralidad en el enfrentamiento entre Occidente y Medio Oriente e inclusive (aunque superficialmente) un tratamiento muy respetuoso de las vinculaciones del Islam y otras religiones con esta guerra que parece no tener fin. 
Valga decir que esta es la versión estadounidense de una historia originalmente escrita y producida casi en simultáneo en Israel, Hatufim, premiada y aclamada también en ese país, que es la otra nación maestra en las artes del espionaje. 
En las dos primeras temporadas de la serie hay muy poca acción para ser una serie sobre terrorismo, poco uso de las armas, más que todo a partir del final de la segunda temporada, cuando los asesinatos, las explosiones, los secuestros se hacen cada vez más frecuentes. Hay algunas escenas muy crudas sobre tortura y atentados terroristas. Hay una clara y ruda crítica acerca de la política de seguridad nacional y la incursión de Estados Unidos en operaciones de guerra en los países de Oriente Medio -siempre me pregunto cómo toma esto la verdadera CIA y el gobierno- y te hace ponerte de ambos lados de la acera. Y hay romance. En fin, es como 24 pero con romance.Y -ADVERTENCIA- no se enamoren demasiado de los personajes porque es muy posible que en algún punto de la historia se los terminen matando cruelmente. Así de cruel es esta serie.
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Cómo verla: Las temporadas 1 y 2 están disponibles en Netflix. Algunos episodios de la 4 en Fox Play (servicio de streaming de Fox para supscritores del servicio a través de varias cableras) y la 4 está siendo transmitida en Fox1. Debo decir que  no tuve mucho éxito con el desempeño de FoxPlay, espero que les vaya mejor si lo intenta. Y vuelvan para dejar sus comentarios!